La princesa Mononoke

Título original: もののけ姫 / Mononoke Hime
Año: 1997
Guionista: Hayao Miyazaki

Producción: Studio Ghibli

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Lo interesante de La princesa Mononoke, y a la vez la principal dificultad a la hora de analizarla, es la abundancia de agentes activos en su trama. Esta abundancia se puede simplificar mediante la agrupación de los personajes y mediante la separación de ellos en dos grandes bandos (la naturaleza y la humanidad), pero la complejidad retorna al notar que, así como no existe ningún antagonista claro, el protagonista no toma partido con ninguno de estos dos bandos.

Para hacer un breve resumen de la trama: Ashitaka, un príncipe emishi, queda maldito luego de una pelea con un espíritu, y debe dirigirse a los bosques del oeste para encontrar una cura a su maldición. Allí, se encuentra con la lucha entre las fuerzas humanas, personificadas en la líder Eboshi y su ciudad/forja, y las fuerzas de la naturaleza, representadas por San (la princesa Mononoke) y los lobos que forman su familia del bosque. Esta lucha es compleja y está atravesada por varios grupos, que diagramé de esta manera:

Mononoke Hime - Configuración de personajes.png

Dada la cantidad de agentes, me pareció importante remarcar los vínculos entre ellos, clasificándolos al menos como de amistad o de hostilidad. Estos vínculos están representados por las flechas rojas y verdes, y tienen una dirección definida. Existen casos en que la enemistad es mutua (por ejemplo, entre los cazadores y los jabalíes), en que la amistad es mutua (Ashitaka y San), en que la enemistad es unidireccional (Eboshi busca matar al Shishi Gami, pero el Shishi Gami no está en contra de Eboshi), y en que la amistad es unidireccional (San protege al Shishi Gami, pero este último no demuestra nada por ella o su tribu). Casi todas las relaciones con el Shishi Gami son unidireccionales, lo que por momentos parecería convertirlo en un objeto en lugar de un agente activo, exceptuando la relación con Ashitaka, a quien salva de la muerte.

El Shishi Gami se encuentra a la izquierda de San porque es «protegido» por ella, en la medida en que San se asume protectora del bosque. Por esto es que, aunque Eboshi en última instancia busque matar al Shishi Gami y no a San, el conflicto principal entre personajes se da entre ellas dos, que encarnan a los dos paradigmas de todos los demás personajes.

Ashitaka, Eboshi y San son los tres agentes que articulan la historia, y su igual tamaño simboliza esta equidad de fuerzas. En el conflicto entre Eboshi y San, Ashitaka actúa como un obstáculo para ambas, interponiéndose en su camino sin ayudar a ninguna de las dos. Todas las acciones de Ashitaka bogan por la pacificación, y en última instancia es él quien logra que el conflicto termine, con iguales pérdidas para ambos bandos.

Salvada entonces la configuración de personajes en la trama, y con mayor comprensión sobre cómo es la relación entre ellos, queda ver cómo se inserta el protagonista, Ashitaka, en dicha configuración.

El camino de Ashitaka, que constituye la trama principal de la película, tiene un correlato fuerte y bastante directo con la estructura del monomito de Campbell. En el diagrama de análisis estructural que realicé, tuve esto en cuenta.

Mononoke Hime - Estructura.png

En los recuadros verdes por encima de los nodos de la trama ubiqué lo que considero los puntos estructurales de la trama, y por debajo, en itálica, esbocé el correlato con el monomito según la reformulación de Christopher Vogler. Además, los colores de cada nodo distinguen a cada uno de los tres agentes principales (Ashitaka, la naturaleza, y la humanidad). Por último, las líneas punteadas distinguen a los tres actos según la estructura clásica, y las flechas indican una relación causal directa entre nodos de acción.

Sin dudas el detonante de la trama es la infección de Ashitaka, que lo empuja a salir a buscar su cura. Esto corresponde, a su vez, con el llamado a la aventura del camino del héroe. En esta estructura no está presente el rechazo al llamado, ya que Ashitaka está dispuesto a cumplir su misión desde el primer momento en que es convocado a ella. A su vez, el encuentro con el mentor es muy menor y anecdótico, y se presenta como un enunciado directo de lo que el protagonista tiene que hacer para obtener su cura.

A partir de entonces se realiza el llamado por Vogler cruce del primer umbral, mediante una secuencia de montaje en la que Ashitaka se adentra en lo desconocido, y simultáneamente se da inicio al momento del monomito en el que se presentan las pruebas, aliados y enemigos. Básicamente, aparecen las forjas, Eboshi, San y el bosque sagrado; todos los agentes principales de esta trama. Todos, como ya dije, cumplen el rol de aliados de Ashitaka, cuyo enemigo mortal es la maldición que lleva en forma de cicatriz.

El primer punto de giro puede pasar desapercibido, porque no es sino hasta un momento de reflexión posterior que queda claro la importancia del momento en cuestión: es cuando Ashitaka ve por primera vez a San. Si bien en el acto no intercambian más que miradas, varias secuencias más adelante Ashitaka le revela a San, en un delirio febril, que piensa que es hermosa, y que hay algo que supo desde el primer momento que la vio. Este diálogo un tanto críptico no es sino una declaración de amor de Ashitaka a San, por lo que permite leer hacia atrás al primer momento en que la vio como el momento en que se enamoró de ella. A partir de aquí no hay vuelta atrás para Ashitaka, que debido a su amor interviene en la pelea con Eboshi para evitar la muerte de San, y que a partir de entonces se pondrá en peligro cuantas veces sea necesario para salvarla. El reconocimiento de este punto de giro ayuda a comprender las acciones de Ashitaka hacia adelante y la forma en que éstas estructuran la trama.

La intervención de Ashitaka entre San y Eboshi lo hace correr serio riesgo de muerte y lo posiciona claramente como el obstáculo entre las dos. Esto se acerca a la descripción del calvario de la estructura del monomito, y además funciona como tal en cuanto que Ashitaka obtiene una recompensa clara: a partir de que el Shishi Gami le salva la vida (el punto medio de la trama), San lo respeta y empieza a quererlo.

A continuación, hay un resignación de Ashitaka respecto a su objetivo primordial, que es la cura de su maldición. Esto puede leerse en clave de regreso en lo que al monomito se refiere, aunque sea de forma algo suave: Ashitaka es derrotado y decide alejarse para morir. En este momento su curso de acción es nuevamente interrumpido, al dar inicio Eboshi a la cacería del Shishi Gami. El edicto imperial que lleva el monje para convencer a Eboshi, movido por su propia avaricia, es anecdótico, algo que realza el carácter coincidental de este giro de la trama, del cual ni Ashitaka ni San forman parte. En este carácter coincidental del edicto imperial, desencadenante de la acción, los hilos de la trama hacen su desafortunada aparición.

Más allá de esto, la cacería y el simultáneo ataque de los samuráis a las forjas ponen en peligro a San, y por lo tanto reactivan a Ashitaka para defenderla, conformándose como el segundo punto de giro.

Finalmente, todos los agentes se encuentran en el lago sagrado: Eboshi buscando al Shishi Gami, el Shishi Gami para detener al demonio que posee a Ottoko, San dominada por dicho demonio, los cazadores acompañando a Eboshi, y Ashitaka para salvar a San. Salvando a San, Ashitaka no logra intervenir a tiempo para evitar el ataque al Shishi Gami, lo que habilita al clímax de la trama: Eboshi le corta la cabeza al Shishi Gami, que es capturada por el monje imperial, y el espíritu del bosque procede a destruir todo a su paso para recuperarla.

Ashitaka y San logran devolverle la cabeza al Shishi Gami luego de una extensa secuencia de acción, y como consecuencia, ambos son curados de su maldición. Esta devolución de la cabeza, en un escenario apocalíptico en el que ambos están a punto de morir, es el segundo calvario o resurección desde una perspectiva del monomito, y la cura de la maldición, el objetivo inicial de Ashitaka, es el elíxir que obtiene a cambio.

Recapitulando, entonces, parece ser que la relación amorosa (aunque platónica) entre Ashitaka y San es la clave estructural de la trama. En este sentido, es notoria la diferencia existente entre lo que Ashitaka busca (la cura) y lo que lo mueve efectivamente a la acción (a partir del primer punto de giro, su amor por San). Esto puede ser considerado inconsistente, pero también puede ser visto como una metamorfosis del objetivo: una vez que se enamora, tal vez la salvación para el héroe no es ya la vida, sino el amor.

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